El agua ha modelado la vida y la diversidad de la Alpujarra desde hace siglos, es una herencia andalusí. Procedente del deshielo de Sierra Nevada se encauzada a través de canales formando una red hídrica que además de relentizar, almacenar y distribuir el caudal ha dado lugar al típico paisaje alpujarreño.
En el curso del río Poqueira hay albercas, el agua infiltrada en la parte superior de los valles abastece a las fuentes de agua fresca y purísima. Pero también hay ’fuentes agrias’ con minerales férricos disueltos que le dan una coloración rojiza.
Las albercas sirven de almacenes del agua para ser usada para el riego a lo largo del año y en especial durante los días de verano. La red de acequias, escabadas en el suelo o conducida por las regueras urbanas, permite hacer llegar el agua hasta los cultivos.