El 16 de enero, en honor a la festividad de San Antonio Abad se celebra el Chisco de San Antón. Una tradición que viene desde antiguo y en la que se le pedía al santo ermitaño que cuidara y protejiera a los animales.
Se trata de una costumbre extendida por diferentes municipios de la Alpujarra, es de origen pagano. Los pueblos que vivían de la agricultura y por las condiciones escarpadas del terreno se empleaban muchos animales de carga, para arar la tierra y animales de compañía, además de ganadería y animales de cuadra para la subsistencia.
Ahora, aunque se ha mecanizado el campo, allá donde se permite, San Antón sigue siendo muy querido.
En los pueblos del Barranco de Poqueira ─junto a Bubión y Capileria─, días antes del Chisco se recoge leña, ya se restos de poda, ramas secas, matorrales,… para la gran hoguera o chisco como se le llama.
En torno a la hoguera, hasta tres en diferentes puntos del pueblo, se reúnen los vecinos y los visitantes de otros pueblos para charlar alrededor del fuego para combatir el frío del invierno, mientras con las brasas se asan patatas, carnes o embutidos de la zona.
Durante los días previos a la celebración de esta festividad, se recolecta los desechos de la poda de los árboles y cualquier otra cosa susceptible de ser quemada en la hoguera.