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Interés cultural

Interés cultural

Historia local

Sobre el origen de Pampaneira habría que remontarse a los asentamientos en época romana. La Alpujarra cobijó a los andalusíes tras la expulsión de Granada, por espacio de casi un siglo continuaron hablando su lengua y manteniendo sus costumbres. Tras la expulsión definitiva se tuvo que repoblar con colonos llegados de León y Galicia.

Por su parecido en con los topónimos gallegos, la etimología del nombre del pueblo no tiene nada que ver con esa lengua, sino procede del vocablo  latino pampinus que significa pámpano y hace alusión a las vides que la caracterizan, más el sufijo mozárabe –eira, a su vez del latino –arius, con el que se formó el nombre actual.

De su pasado morisco las calles de la población han heredado el intrincado trazado urbano y una arquitectura bereber típica, rasgos que se hacen visibles en sus casas blancas de tejado plano rematado por chimeneas de sombrerillo, así como la presencia del agua por sus calles en fuentes y acequias.

La Iglesia de la Santa Cruz, que fue levantada sobre una antigua mezquita, data de 1726.

La Alpujarra

La Alpujarra se sitúa entre Sierra Nevada, la Sierra de Lújar y la Sierra de Gádor, cayendo hacia el Mediterráneo desde las cumbres de mayor altitud de la península, los picos Mulhacén y Veleta. Un paisaje abrupto con una orografía salpicada de barrancos, desfiladeros y valles, en cuyas laderas están enclavados los pueblos de esta comarca.

El río Guadalfeo atraviesa la Alpujarra y la divide longitudinalmente, dando lugar a la Alpujarra Alta y Alpujarra Baja. En la parte alta hay pueblos como Bérchules, Busquístar, Bubión, Juviles o Yegen, y en la baja Lújar, Sorvilán y Albondón entre otros.

Por su geografía especialmente montañosa, los pueblos de la Alpujarra se han ido adaptando a los desniveles, ordenando el trazado de las calles estrechas que suben y bajan, casas blancas escalonadas, orientadas al sur para aprovechar el buen clima, tejados de launa, tinaos, fuentes y lavaderos.

Se ha documentado que fue habitada por fenicios y romanos. Los ocho siglos de presencia musulmana ha dejado huella en los topónimos, en la arquitectura escalonada de los pueblos, el sistema de regadíos y en la gastronomía.

Uno de los principales destinos turísticos es Barranco de Poqueira, donde se encuentran los pueblos de Pampaneira, Bubión y Capileira.

En La Alpujarra está el municipio más alto de Europa, Trevélez se sitúa a 1.476 metros sobre el nivel del mar, un pueblo alpujarreño que es conocido sobre todo por sus jamones.

El encanto de los pueblos de la Alpujarra han inspirado a viajeros y escritores. Como Pedro Antonio de Alarcón que fue el autor del primer libro de viajes en lengua castellana, “La Alpujarra” fue publicada en 1873. Para Federico García Lorca fue “el país de ninguna parte”. Y el hispanista británico Gerald Brenan, que se estableció en Yegen en 1920, escribió “Al sur de Granada” editada en 1957, en la que recogía la vida en la Alpujarra en aquellos años.

Castillejo de Poqueira.

Se trata de una antigua fortaleza islámica de la que sólo se conserva parte de los muros, restos de la torre del homenaje y el aljibe. Desde este castillo los moriscos podían vigilar buena parte de la comarca. Una construcción de carácter defensivo que jugó un papel importante en la rebelión de la Alpujarra que tuvo lugar desde 1568 a 1570 encabezada por el noble morisco Abén Humeya (1545-1569), de nombre cristiano Hernando o Fernando de Válor y Córdoba.

Se encuentra emplazada en el Cerro Testigo, a 1.139 m sobre el nivel de mar. Se puede acceder al monumento por un camino de terrero pedregroso que sale junto a la carretera A-4132, entre Pitres y Pampaneira.

Situada entre los límites municipales de La Taha y Pampaneira. Las vistas panorámicas desde este punto son impresionantes, se divisan los picos de El Veleta y Mulhacen, y el curso de río Guadalfeo.

Balates de Piedra Seca.

Los baletes de piedra seca forman parte del paisaje agrícola desde hace siglos. Su función es sostener el terreno frente a la erosión.

Un arte de construcción que tradicionalmente se ha utilizado en el Barranco de Poqueira, en el resto de la Alpujarra y en otras partes de España ─Andalucía, Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Cataluña, Extremadura, Galicia y Valencia─, pero también en países europeos como Croacia, Chipre, Francia, Grecia, Italia, Eslovenia y Suiza. Está reconocido por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde 2017.

“Los muros de piedra seca desempeñan un papel esencial en la prevención de corrimientos de tierras, inundaciones y avalanchas” según el comité de Comité de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco.

De esta forma se conseguían pequeñas terrazas que se llenaban de tierra fértil del fondo del valle transportada con mulos. Formaban terrenos planos en los que el agua de la lluvia se retenía, se evitaba la erosión y a la vez se podía usar para el riego de forma natural. Estos muros son inestables y requieren de un mantenimiento periódico.

Muros de pequeña altura, levantados siguiendo las curvas de nivel de los cerros, apilando piedras del lugar, sin hormigón ni aglomerante, que los agricultores han venido haciendo desde siglos en los cerros y colinas en el Barranco de Poqueira para sembrar viñas, olivos o cereales.

La Alpujarra con Lorca.

Para Federico García Lorca La Alpujarra fue “el país de ninguna parte”, así se lo transmitía a Melchor Fernández Almagro en una carta escrita en 1921.

Lorca acompañó a su familia en las estancias estivales en La Alpujarra, desde 1917 a 1934. Primero acompañó a su madre para curarse de las dolencias con las aguas del Balneario de Lanjarón. También estuvo en otras ocasiones para disfrutar de lo que las gentes y las tierras alpujarreñas ofrecían, tanto con su familia como con amigos, junto a don Manuel de Falla recorrió otras poblaciones de la comarca para recoger muestras del folclore local.

Es sus estancias en la Alpujarra Lorca disfrutó de experiencias y tuvo sensaciones que luego integraría en su obra, allí escribía y hacía dibujos, además de contestar las cartas y enviar postales a los amigos en las que dejó plasmadas sus impresiones.

Escribió al menos dos de los poemas completos, “Reyerta de mozos” y La casada infiel”, que formarán parte del “Romancero Gitano”, que publicó en 1928 y fue su primer gran éxito a nivel popular.  También escribió “En Málaga”, perteneciente a la serie “Eros con Bastón” de “Canciones”.

Fue también un lugar donde Federico se sorprendió con hallazgos populares: “he encontrado curiosísimos cuentos y romances”.

También en Lanjarón, “la puerta de la Alpujarra” como la llamó, puso a punto una colección de sus dibujos para la exposición que se hizo en la galería de arte Dalmau, la única que haría.

La Alpujarra recuerda al poeta granadino con calles, plaza, esculturas y actos culturales periódicamente.

En Pampaneira hay un paseo dedicado a Federico García Lorca, con un barandal que da al verde barranco de Poquiera y ocho poemas del poeta que jalonan en azulejos un recorrido que finaliza con dos fuentes rústicas.

Foto: Lorca en Lanjarón, en 1927, fuente de los Caños./ (Fundación FGL)

Centro de Retiro Espiritual O Sel Ling.

En las montañas de la Alpujarra y próximo a Pampaneira, se encuentra O Sel Ling, un Centro de Retiros budista fundado en 1980. Su nombre significa “El lugar de luz clara” y se le dio Su Santidad El Dalai Lama en su visita en 1982. Regularmente organizan curos y retiros en grupo en un ambiente tranquilo.

El propósito de este lugar, a 1600 metros sobre el nivel de mar, es “favorecer la práctica intensiva de la meditación”. El centro cuenta con casitas sencillas que son utilizadas para retiros, aisladas y situadas en diferentes puntos de la montaña.

Visitar O Sel Ling es gratis y no es necesario hacer reserva previa, simplemente hay que ir dentro del horario permitido, que varía a lo largo del año. De Junio hasta el 18 de Octubre: de 17:00 a 19:30 horas. Y del 19 de Octubre a Mayo: de 15:30 a 18:00 horas.

Una vez se aparcar el vehículo en la zona de estacionamiento desde allí se puede iniciar el recorrido. Desde la carretera principal hasta Oseling hay una pista forestal no asfaltada y en mal estado